CÉLULAS MADRE DEL CANCER



Desde hace años sabemos que los tumores son masas celulares con un crecimiento anómalo, que causan la invasión y destrucción de órganos y tejidos y, si no se detienen a tiempo, causan la muerte del individuo. Sin embargo, la masa tumoral dentro de un tumor sólido o las células del cáncer que componen una leucemia son heterogéneas en cuanto a las células que lo componen. Hoy sabemos que, entre los tipos celulares que podemos encontrar dentro de un tumor, existe un pequeño grupo de células que son responsables de poder trasplantar este tumor en un ratón inmunodeprimido y formar un nuevo tumor con las mismas características que el tumor original. La gran mayoría de las células tumorales, carecen de esta propiedad y tras su trasplante, las células se pierden y el tumor nunca aparece. Si estas células son las responsables de inducir o de mantener el cáncer su estudio nos permitirá, no solamente conocer mejor las bases celulares y moleculares del cáncer, sino la posibilidad de abordar de una manera completa su tratamiento y curación. De estas células, de sus características y de los diferentes modelos y tipos de cáncer donde se han descubierto, trata esta revisión. Para que un cáncer se cure, es necesario y suficiente eliminar las células madre del cáncer.


    1. Las células madre del adulto especificas en de tejido


Pertenecen a un conjunto de células que localizadas en microentornos específicos de un tejido, un nicho, permiten el mantenimiento de los tejidos. Hoy sabemos que cada tejido tiene una vida media y que al cabo de determinados años las células que constituyen un corazón, pulmón, músculo o hígado son diferentes a las células que tenían diez o quince años antes. Esto sugiere la presencia en cada tejido de un conjunto de células, denominadas células madre adultas especificas de tejido, que sustituyen a las células envejecidas o dañadas por nuevas células capaces de cumplir todas las funciones a las que estaban destinadas. Este conjunto de células madre o troncales derivan de las células embrionarias que tenían la capacidad de generar a todo el resto de células madre de tejidos.
Las células embrionarias sólo son totipotentes en estadios muy tempranos de la embriogénesis, de hecho sólo hasta estadios embrionarios de 8 blastómeros podemos considerarlas totipotentes, mientras que en estadios posteriores, y sobre todo en estado de blastocito, un grupo de células se acumulan en uno de los polos, y pierden esta condición, considerándose a esa masa de células como células pluripotentes. El acúmulo celular en el blastocito se denomina “masa interna celular” y constituye el pre-embrión, generando todos los tejidos del futuro individuo a partir de las tres capas embrionarias: endodermo, ectodermo y mesodermo.
Así, existe un gradiente de actividad pluripotente y de actividad de autorrenovación, que se asocia con presencia en estados muy tempranos del desarrollo, y que las células van perdiendo según se van diferenciando hasta llegar a ser una célula completamente madura.
Sin embargo, la situación hoy dista mucho de estar controlada y así las líneas celulares embrionarias ES que se han derivado, cuando se trasplantan in vivo, en animales de experimentación, generan con alta frecuencia masas celulares indiferenciadas “teratomas” que, en algunos casos, tienen una alta capacidad metastática, produciendo los teratocarcinomas. En seres humanos, se han utilizado inicialmente algunas de estas células, con no muy buenos resultados, y de momento, solo se usan con fines de investigación. Los mecanismos de cómo se generan estas masas tumorales a partir de las células ES no están aún bien definidos, pero esta situación nos ha puesto en guardia sobre la capacidad de generar tumores de muchas de las células que consideramos células madre.
La principal causa de lo anterior es que toda célula con características de «madre» tiene al menos dos rasgos que la distinguen del resto de las otras células: estas células nunca pierden su capacidad de mantenerse como célula madre a lo largo de toda la vida del organismo, y la segunda es su capacidad de generar células diferenciadas y, en sus etapas finales, células maduras completamente funcionales. Esta actividad la logran al poder sufrir una división de tipo asimétrica, donde una célula da lugar en su proceso de división a dos células hijas diferentes, una que mantiene una total capacidad de mantenerse como célula madre, y otra que se convierte en un progenitor con menor actividad de autorrenovarse, y que será de la que derive la célula diferenciada propia de los tejidos.
Lo cierto es que el número de células madre específicas de tejido es muy bajo, y en la gran mayoría de los tejidos aún desconocemos cuales son los posibles marcadores que nos permitan obtener la información necesaria para su identificación y localización.
La identificación y selección de estas células madre de cada tejido, nos permitiría, no solo conocer mejor su biología y estudiar como son capaces de llevar a cabo estas divisiones asimétricas a lo largo de toda la vida del organismo, sino usarlas en modelos de reparación tisular en zonas dañadas de tejidos, y probablemente diferenciarlas hacia algunos de los linajes de células que deberán ser sustituidas.


    1. Las células madre tejido especificas y el cáncer


¿Por qué es tan importante conocer estas células madre especificas de tejido y qué relación tienen con el cáncer? La respuesta es sencilla, pensamos que el cáncer proviene de estas células.
Desde hace años sabemos que muchos tratamientos frente al cáncer no generan una respuesta de eliminación total de las células malignas y, por lo tanto, no conllevan su curación. En muchas ocasiones, un pequeño grupo de células resiste el envite de los tratamientos de quimioterapia y radioterapia y logra escapar. Estas células residuales se comportan como células activas tumorales, aunque a veces de bajo índice mitótico, es decir crecen lentamente, por lo que la mayoría de los fármacos antitumorales clásicos les afectan en menor grado. Eso nos dice varias cosas importantes, 1) que los tumores son masas celulares heterogéneas, constituidos por diferentes tipos celulares y con diferente grado de diferenciación, b) que las células más resistentes a los fármacos antitumorales son, en general, una porción menor dentro de un tumor, y 3) que estas células tienen características similares a las células madre adultas del tejido correspondiente.
Actualmente se han podido identificar distintos tipos de células presentes en distintos tipos de cánceres y que se señalan como posibles células madre del cancer en leucemias, cáncer de mama, de cerebro, cánceres colo-rectales, cáncer de cabeza y cuello, cáncer de páncreas o de próstata. Los estudios de estas células nos enseñan la validez de esta nueva hipótesis del cáncer, y sus posibles implicaciones en el tratamiento de estas enfermedades.
Uno de los problemas principales en la investigación del cáncer es que desconocemos como se inicia, y si este inicio comienza, como parece, en una única o en un grupo limitado de células, el primer paso que deberíamos de dar sería tratar de identificar esas células capaces de iniciar o de mantener un tumor. Hoy la hipótesis de la presencia de las células madre del cancer, se basa principalmente en nuestro conocimiento del sistema hematopoyético.
Los estudios sobre enfermedades hematológicas, en particular la leucemia mieloide crónica (LMC) y la leucemia mieloide aguda (LMA), han servido de modelos donde se detectaron por primera vez las células madre del cáncer.
Sin embargo los programas genéticos que activan la autorrenovación de las células CSC en las LMA, no son aún conocidos y, dado que representan el vértice de la pirámide de donde derivarán y se mantendrán este tipo de leucemias, sería deseable buscar el origen molecular de los cambios, y analizar los genes, los programas transcripcionales y las rutas moleculares en donde actúan.

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